domingo, 21 de agosto de 2011

Soy yo, Domingo

   Y llega. Es el domingo en primera persona.
   El domingo trae el diario más gordito, facturas, medio kilo de carne a la parrilla por persona, ravioles con estofado, visitas a la casa de los abuelos y facturas otra vez.
   A eso de la una de la tarde intentás un aventurado y estilizado ¡JOP! para saltar de la cama, pero te das cuenta que el olor a puncho en el pelo, el mareo y el dolor de piernas ni cerca del JOP te dejan. Pero nada de eso te detiene, solo porque ¡necesitás tomar agua! no un vaso, sino un bidón entero del dispenser o de la canilla de la cocina, del patio, del bano...
   Y después de a poco, muy de a poco podés empezar a planear una digna huída del momento más temido por cualquier persona a la que le corra sangre por las venas: DMINGO 7 PM. Sí, durísimo. Durísimo porque es ese momento donde hay un resto de sol del día que se va y se vienen todos los interrogantes  desde si deberías empezar a usar los electrodos en los muslos o si deberías vender todo y poner un bar en Hawaii.
   Son esas fatídicas horas que ¡no se solucionan tirándote a dormir una siestita! porque te aseguro que cuando te despertás, todo está mucho peor que cuando te acostaste.
   Por esto y muchas cosas más ¡demasiadas!, no hay mejor recomendación que hacer lo que se hace con lo inevitable: joderse y hablar liviandades por teléfono, comprar helado, ver canales de documentales, leer revistas, ver fotos de la familia de un amigo de tu amigo en Facebook, pedir pizza.

jueves, 4 de agosto de 2011

Mini canes

   Los que miden poquísimos centímetros (hasta parados en dos patas) son los que no sirven para prácticamente nada. Diría que son algo así como un objeto de contención y un chivo expiatorio para las más íntimas de las soledades. Son los que muerden, con suerte, una falanje en caso de choreo.
   Estos pequenos canes representan grandes esperanzas, si nos basamos en los extensos diálogos que "mantienen" con sus duenos, las expectativas puestas sobre ellos y la indumentaria específica con la que cuentan (especialmente en invierno).
   EL can hace caca en la vereda y la gente con una bolsita de COTO levanta el excremento aún tibio en un claro acto de compasión por el vecino y el transeúnte. Pulgar levantado. Ahora bien, por qué los perros (y más si tinen ese tamano diminuto) ¡no tienen las piedritas que usan los gatos! el tamano de la cuestión, ¡es el mismo! Entonces se evitarían dos cosas:
1 - Ver al can en pleno acto
2 - Ver al dueno en pleno acto de recogimiento caqueril.
   El gato, en cambio, respeta su intimidad. Solo se lo puede ver lamiéndose sus parte (al igual que el perro) pero muy rara vez uno lo encuntre infraganti, haciendo uso de las piedritas.
   El gato no necesita de grandes diálogos, es independiente y en caso de falta de comida y jardín grande, caza su alimento, sin decir ni miau. Te busca solo cuando siente el ruido del alimento caer en su platito o para refregarse el cuerpo en tu jean y ¡duerme con vos porque tiene frío!.
   Entretenimiento para ambos:
  Can pequeno tipo caniche - osito con olor a frutos tropicales con un cascabel, algo de felpa de la mitad de su tamano con forma de sapo, husitos miniatura con sabor a atún de color fucsia, hamburguesa gigante de goma.
  Gato - bolita de papel o bolita de la que sea, un cable colgando de un escritorio, algún insecto.
  En definitiva, una mascota cumple ese nefasto rol de suplir ausencias: la separación de tus padres, la estrepitosa huída de tu novio o tu amiga que no puede pagar más el alquier, asique tal vez se merecen esas bolitas aromatizadas o esos chalecos de polar por el simple hecho de aguantarte con tus obsesiones, escuchar tus penas y comer los restos de tu comida.