jueves, 11 de julio de 2013

ÉL

   Él es un tipo grande, grande de cuarenta y pico. "Tampoco se nota tanto que tengo cuarenta" le dice siempre a la recepcionista de su trabajo mientras intenta tocarse la punta de los pies sin doblar las rodillas.
    Se viste más o menos, más bien que mal, pero siempre le pifia en detalles que delatan todo de él. Los zapatos. Va bien el look, supo amigarse con su pelo, apela a un clásico como las camisas de leñador y usa mucho jean. Pero los zapatos son tremendos. Esos acordonados que venden en los las zapaterías de Plaza Italia, tipo de gamuza, color caqui, puede ser también un mocasín, ojo, depende lo positivo que esté quien lo observe.
   Pero a él le encanta su look. Una novia que tuvo lo motivó a dejar el pañuelo de tela porque le contaba todas las bacterias y virus que se quedan ahí atrapados, ella le decía "tenés la enfermedad en tus manos, literalmente". Entonces se pasó a los papeles tissue, y la verdad es que le gustan y se siente independiente cuando los usa y los tira.
   Muchas veces piensa en su futuro, el futuro de pareja. Está solo pero no le molesta mucho. Los miércoles a la noche baja hasta el chino, compra cien gramos de jamón crudo, cien de queso de máquina, los pancitos calentitos que salían veinticinco centavos y se come unos sandwiches de puta madre. Les pone manteca y se toma una cerveza con un poco de jugo de limón, algo que le enseñó otra ex  novia que le decía "el limón te protege la flora intestinal".
   Ahora está con ganas de estar con alguien, sobretodo por los domingos que se hacen un poco bastante largos. El otro día miraba las fotos de Lio Messi con su mujer y su hijo de vacaciones, "yo podría tener una novia así", se decía murmurando.
   A él lo que lo traumó fue la separación de sus padres. Era el mimado de la madre, pero cuando el padre los dejó por una alumna de veintidós y se fue a vivir a Chile, la madre empezó a frecuentar hombres, muchos, va... ellos la frecuentaban a ella, asique él tuvo que aguantar todo tipo de citas improvisadas en el living de su casa con su madre distraída por el vino y los tipos muy contentos desfilando en las batas del ex hombre de la casa "andá a mirar dibujitos" le decía ella, pero él ya tenía barba.
   La verdad, es que pocas cosas le importan tanto como los sábados a la mañana. Cancha de fútbol, camisetas del equipo bautizado "LOS LOCOS DE BROWN", el cinco en la espalda y cuatro ex compañeros de primaria, "corré maricón!" le gritan siempre. Él juega bien, casi todas las fotos que tiene son jugando con la camiseta de Los Locos. 
   Después vuelve a su casa, solo pero contento y transpirado. Y así se queda, pide algo por teléfono, toma coca del pico y se duerme a las tres.