Cuando hace calor hay pocas cosas que se pueden hacer. Ojo, cuando hace calor, calor, el de 37°, ese calor.
De abajo para arriba: los pies pesan 5 kilos cada uno, se hinchan, sudan, se llenan de tierra si estás en ojotas. Los tobillos retienen líquido, pierden la articulación. Pantorrillas, expuestas largas horas al sol mientras esperás el bondi, avergonzadas pantorrillas blancuzcas. Muslos, ardiendo bajo polleras y shorts o calurosos jeans. Panza, que permite el odioso deslizamiento de las gotas de transpiración que se pegan a la remera y te dejan en evidencia, al igual que las axilas que hacen lo suyo sin importar contexto, hora del día o quién esté al lado tuyo. Y la cabeza, la cabeza transpira y la frente también. Cara roja de calor y brillante de sudor.
Cuando hace calor no se puede hacer nada. Pensalo así, todos tienen la entrepierna sudada, la cabeza húmeda y los tobillos hinchados, somos todos del mismo equipo.
Cuando hace calor hay pocas cosas que se pueden hacer. Tirate panza arriba y poné tu disco favorito.
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